lunes, 28 de julio de 2014

Tres meses después: el reencuentro



Quienes regularmente me leen están enterados de mi situación actual, que mi vida dio un giro de 180 grados o más, pero la mayoría no está al tanto de lo que me sucede; así que les haré un breve resumen. Hace tres meses, mi esposo tuvo que alejarse de nosotros porque consiguió que el trabajo lo trasladara a otro país; así que durante ese tiempo estuvimos el peque y yo solos, esto lo pueden leer mejor en el siguiente post: Cuando mamá se queda sola.

Durante esos largos e intensos días, que a veces me parecían interminables, nos comunicábamos regularmente con papá a través del móvil, ya fuera por Face Time o Skype, incluso por Whatsapp. Muchas veces mi Copi (de dos años de edad) no quiso hablar con su papá, otras veces se ponía muy celoso y comenzaba a llorar hasta que tenía que colgar la llamada y esperar que se durmiera para hablar bien con su padre, otras tantas estaba de buen humor y me quitaba el teléfono para hablar con su "papi". En sí, una montaña rusa de emociones le embargaban tanto a él como a mi, y no es para menos, que de un día para otro ya no veas más a tu padre, sobre todo si no entiendes lo que sucede.

Mi peque siempre fue más pegado con su padre que conmigo, pregúntenme que nunca sabré porqué, pero lo cierto es que así fue hasta ese día en el que nos separamos por una razón de peso.

La verdad, es que uno cree que los niños no se dan cuenta de las cosas y muchas veces nos dan una gran lección. Aún recuerdo la despedida en el aeropuerto, después que él se despidió de sus padres, llegó nuestro turno, las puertas que dan a Inmigración se abrían y cerraban constantemente mientras nos besábamos y abrazamos los tres. De repente, el peque quiso que yo lo cargara y se quedó viendo hacia mis espaldas, nunca más volteó a ver a papá, que me decía unas últimas palabras mientras llegaba el momento de alejarse. 

Nos fuimos a la capilla del aeropuerto, rezamos un poco y volvimos a casa. Durante lo que quedó de día, él nunca más me preguntó por su papá y no lo hizo nunca más; yo en cambio, le mostraba fotos de él regularmente, de nosotros tres juntos y por supuesto intentaba que hablara casi a diario con él, pero no siempre su reacción lo permitió, como ya comenté unas líneas más arriba.

Yo estaba deseosa que volviéramos a estar juntos nuevamente, eso sí, durante todo ese tiempo tuve que aprender a hacer muchas cosas sola con el niño, cosas en las que regularmente el padre me ayudaba, aprender a decirle NO al cansancio y continuar hacia delante, aprender a dormir en una cama inmensa junto a mi niño, acostumbrarme a la noche y sus aventuras sin que nadie estuviera allí para defenderme, aquí yo era la defensora, la heroína que luchaba contra los insectos y demás cosas, por no decir personas que podían atravesarse en nuestro camino.  No fue nada fácil, pero si otras mujeres lo hacían, yo también podía.

Poco a poco se acercaban los días, los nervios, las ansias, la alegría. Llegó el momento de embarcarnos al reencuentro con papá después de tres meses exactos, no contamos con que algo en el camino iba a surgir y nos haría actuar rápidamente (nos costó dos semanas), pero eso lo contaré en otro post, porque la verdad es un parto bastante largo, pero a la final pudimos llegar al encuentro y reunirnos de nuevo como familia.

Recuerdo que la gente le decía al peque, incluyéndome: ¿Vas a ver a papá? Y él se quedaba mudo, como pensando “No sé de qué hablan”. Y llegó el momento: salimos de la aduana del aeropuerto y tarán: estaba papá con los brazos abiertos. El peque en su coche observó hacia arriba y se quedó mirándolo fijamente como preguntándose: ¿Será o no será? Luego salimos del tumulto de gente y esperamos el taxi, mientras su padre se agachó y le dijo: Es papá, mi nene ¿no me reconoces? Y lo tomó entre sus brazos, cargándolo.

Fue allí cuando el peque se dio cuenta que realmente se trataba de papá y sonrió grande, muy grande. Ese día luego de descansar un rato en casa, nos fuimos al parque a compartir un rato, nos divertimos mucho juntos. La felicidad volvió a ser la de antes, ya nada está incompleto.

Mi esposo me decía: “No sabes cuanta falta me hicieron”, es una emoción que no puedes imaginar. Durante estos tres meses, él se concentró en su trabajo lo que más pudo, pero los domingos la soledad le pegaba y se deprimía un poco, aún así se decía que todo era por bien y por poco tiempo. Ahora, el peque nos busca a los dos, ya no tiene esa papitis de antes.

Nuestro próximo reto: en agosto a mi esposo lo trasladan a trabajar a varios puntos en el interior del país y nosotros sólo lo veremos los fines de semana. Tres meses no se comparan con cinco días a la semana ¿cierto? 

De esta manera vivimos nosotros la separación de no ver a papá por cierto tiempo, ¿Has vivido alguna situación similar? ¿Cómo lo llevaron tus hijos o tu pareja? Me agradaría que me contaras. Nos leemos luego.

8 comentarios:

  1. Te he entendido a la perfección, porqué viví una experiència parecida pero mucho más corta : nosotros vivimos en España y, también, por motivos de trabajo mi marido se tuvo que ir a Rusia (imagina). La despedida fue en casa, ya que no quiso que ni mis hijos ni yo estuvieramos en el Aeropuerto ( lo llevó mi padre) muy dura por cierto. Nos comunicábamos via Skype. Nuestra espera no fué tan larga como la tuya, sólo 3 semanas, pero sólo de pensar que se encontraba en un país tan tejano y solo, el tiempo fué horrible.
    Lo importante es que la família esté unida sea cerca o en la distantancia.
    Saludos!!

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    1. Que bueno tu testimonio, muchas madres hemos pasado por esto (imagino que también padres) pero realmente es muy dura la separación, aunque sean sólo unos días... Gracias por leerme y comprenderme. En la unión está todo!! Abrazos desde la distancia

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  2. Se hace duro estar tanto tiempo separados del padre de familia, pero qué bueno es el reencuentro, y sí, 5 días se pasan enseguida, disfruten!

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    1. Cierto, es muy duro; sobre todo la espera del día, la verdad es que las horas a veces parecen días cuando estás en esta situación. Cinco días pasan rápido pero también notaremos su ausencia, habrá que acostumbrarse.

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  3. Madre mía... Tiene que ser durísimo. Yo nunca he vivido algo así. Y para él también ha debido ser horrible. Ahora la separación de 5 días seguro que es mucho más llevadera.

    Un abrazo grande y a disfrutar de la familia todo lo que se pueda viviendo el momento.

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    1. Es cierto, es duro para ambas partes, mientras tanto disfrutamos el poco tiempo que tenemos con papá al máximo. Me alegró que pasaras por acá, abrazos

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  4. Que bueno que estén los tres juntos de nuevo ;) lo he vivido en varias oportunidades, pero no tanto tiempo. Pero a la alegria de estar los tres juntos se le sumaran un montón de cosas mas... TRANQUILIDAD.

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    1. Es muy cierto, tranquilidad y estabilidad, tanto para El Niño como para mi... Muchas gracias por tus buenos deseos Andre

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