viernes, 19 de septiembre de 2014

¿Es mi niño vegetariano?



En alguna ocasión les he contado que soy ovolactovegetariana desde hace siete años (la verdad es que consumo pocos lácteos y huevos), y también lo fui durante mi embarazo, sintiéndome en todo momento maravillosamente, en este enlace pueden leer el post.

Desde que conocí a mi esposo, más o menos en la época en la que yo estaba comenzando con esto de no consumir carnes, puedo decir que él me acompañó en todo momento y hasta se volvió vegetariano también, lo que produjo que se librara en aquel entonces de una gastritis severa (con úlceras incluidas) y bajando un poco de peso que había acumulado por el pésimo horario laboral que tenía en aquellos tiempos.


Cada vez que se realizaba una endoscopia los doctores le decían lo mismo: ser vegetariano te salvó el pellejo viejo, y tengo que decirles que hace como dos años y medio a su padre le diagnosticaron cáncer de colon y fue operado y tratado a tiempo, así que mi esposo tiene que cuidarse mucho, como verán.


Para cuando quedé embarazada, mi chico y yo teníamos casi cinco años siendo vegetarianos, quiero decir que no habían restos de carne por algún lado en nuestros organismos, y la verdad no sé si esto influya genéticamente o no, pero desde que mi niño comenzó a comer sólidos a los seis meses de edad, pues detesta cualquier tipo de carnes.

Sus respectivas abuelas le hacían sopas licuadas con carne o pollo, y claro que las consumía, pero cuando intentaban darle pedacitos sólidos él se escabullía, o cuando encontraba pedacitos dentro de la sopa, enseguida se los sacaba de la boca. Siempre ha preferido los vegetales y frutas, de eso no hay duda.


Desde hace tres meses aproximadamente vivimos lejos de la familia y nosotros seguimos siendo vegetarianos, así que se podrán imaginar que yo no cocino carnes (la verdad es que no puedo, hay algo moral en mí que no me deja), créanme que contra mi voluntad lo hice dos veces durante nuestra estancia en nuestro nuevo hogar, la primera vez pollo y la otra carne, todo por el peque, pero los intentos fueron fallidos, ni escondido en la comida quiso tragar lo que estaba probando y hacia fuera del plato quedaron mis intentos. Así que no lo intento más.


Si hiervo alguna verdura o vegetal o lo cocino al vapor y sueltan algún líquido, pues lo aprovecho para complementar esto en nuestras comidas y aprovecho hasta las cáscaras para hacer bebidas o caratos; la mayoría de la gente cree que ser vegetariano es comer como conejos (pura lechuga), que equivocados están, hay tanta variedad de alimentos y platos por hacer que ni se imaginan.


Desde mi embarazo he leído en un montón de artículos que señalan que los hijos siempre comerán lo que su madre consumió durante el embarazo y el período de lactancia, es decir, si tuviste una alimentación chatarra, por así decirlo, o si consumiste muchas carnes, ellos también preferirán este tipo de alimentación,  así que cada vez estoy más convencida de que mi hijo es vegetariano igual que nosotros.


¿Qué si me preocupa que no consuma carnes? No. Aún con sus dos años toma teta y consume alimentos sanos y frescos (espinacas, frutas variadas, granos, brócolis, plátanos, entre muchos otros alimentos que vamos incorporando cotidianamente), preocupada estaría si consumiera productos empacados y congelados, frituras y cajitas felices, tal como he visto en muchas ocasiones.


Cuando vamos a visitar amigos y le ofrecen comida (incluyendo carne), él las prueba pero enseguida van para afuera, creo que su paladar no tolera la carne, así que nunca vamos a obligarle si él no quiere. Será su decisión con el transcurrir del tiempo (ya sea en la niñez, adolescencia o adultez).


Esto me hace recordar que alguna vez conocí a una instructora de yoga que nos contó a mi esposo y a mi, que durante sus veintes le entró una especie de rebeldía y se volvió carnívora (en el buen sentido de la palabra), toda su familia era vegetariana y ella lo era desde niña también. Así estuvo un tiempo hasta que se dio cuenta que no era su forma de vivir, que había perdido algo de su esencia y volvió a sus raíces.


Yo siempre he creído que he sido vegetariana desde mi infancia, sólo que mi familia me obligaba a consumir carnes, hasta que mi cuerpo dijo basta y desde el primer día me sentí liberada, no pueden imaginar como realmente me sentí. Créanme que sé como es esto de sentirse obligado a comer algo que no quieres, siempre recuerdo que fui de “mal comer”, el plato se enfriaba en la mesa de tanto tiempo yo estar viendo algo que no quería probar y así pasaron muchos años, así que no quiero que el peque pase por esto.  tambihas ocasiones.on vegetaleso cuenta que no era su forma de vivir y volvia lo era desde niña tambihas ocasiones.on vegetales


Poco a poco, vamos incorporando alimentos, formas, colores y lo incentivamos de buena manera a comer. El mismo pide su comida cuando tiene hambre, nosotros no le imponemos horarios estrictos. De más está decirles que mi niño es súper saludable, con buena contextura corporal y su peso está dentro de los percentiles que los pediatras utilizan, así que nada por lo cual preocuparse.


Hace poco conseguí un artículo que señala la postura de la Asociación Americana de Dietética con respecto al vegetarianismo: “las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas, incluidas las dietas totalmente vegetarianas o veganas, son saludables, nutricionalmente adecuadas, y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y en el tratamiento de ciertas enfermedades. Las dietas vegetarianas bien planificadas son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluido el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia, así como para los atletas”. American Dietetic Association. Vegetarian Diets. J Am Diet Assoc. 2009; 109:1266-1282


Por su parte, el doctor Neal Barnard, del Comité de Médicos por una Medicina Responsable, revela que “"Las dietas veganas proporcionan una nutrición excelente para todas las etapas de la infancia, desde el nacimiento hasta la adolescencia. De hecho, los niños vegetarianos crecen más esbeltos y sanos y vivirán más que sus semejantes que comen carne. Criar a un niño con una dieta vegetal bien equilibrada representa uno de los mejores regalos que se les podrá dar jamás.” La verdad es que esto me alegra un montón, no saben cuánto.


Mientras tanto nosotros seguiremos respetando sus ritmos en cuanto a los sabores nuevos, el tiempo nos dirá a la larga si mi hijo es vegetariano o no, porque a la final esto es decisión de cada persona, nosotros jamás vamos a obligarle.


Si estás interesad@ en temas sobre el vegetarianismo, estas páginas son de gran ayuda, sobre todo para las mujeres o familias que quieren quedar embarazados y no saben como afrontar la situación, porque sé que además de las dudas que surgen también está la presión de la sociedad. 

Unión Vegetariana Española 

Me encantaría tener este libro en mis manos (sería feliz leyéndolo)
 

2 comentarios:

  1. INTERESANTE!! yo como te he escrito en varias oportunidades... me gusta mucho la carne, le he dicho a mi esposos -tengo los genes de las cavernas cuando cazábamos y comíamos los animales crudos-, aunque no me gustan crudos asi que soy de cuando aprendimos a usar el fuego en adelante.... ja ja Ahora en serio cada quien es libre de decidir que comer. Mi esposo y yo hablamos hace poco de comer mas sano por ejemplo sin azúcar añadida y menos blanco y mas integral :) el no come mucha carne, yo la seguiré comiendo como hasta ahora con gusto pero con moderación :)
    Un beso muy grande a los tres :)

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    1. Si, ya se que te gusta bastante la carne y es bueno los hábitos que has venido adoptando desde tu mudanza. Por acá seguiremos vegetarianos, sólo que nuestro peque aún es una incertidumbre y todo será decisión de él. Seguiremos ofreciéndole carne cada vez que podamos, será cuestión de si la acepta alguna vez o no... abrazos!!

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