Torta de auyama para cualquier ocasión

La auyama, calabaza o zapallo es uno de los alimentos que contiene muchas propiedades nutritivas que contribuyen de muchas maneras al fortalecimiento y desarrollo del organismo. Estamos acostumbrados a comerla como verdura, en sopas o en cremas; pero seguro que no la han probado como postre.

Hoy les traigo una receta dulce con este poderoso alimento, se trata de la torta de auyama, una preparación que aprendí hace más de quince años para sorprender a mi mamá su día y hoy es la favorita de mi familia, tanto que no puede haber cumpleaños sin torta de auyama, un complemento adicional al pastel convencional que siempre está presente.

Los ingredientes son los siguientes:

2 kilos de auyama madura (tal como se ve en la fotorafía)

3 tazas de harina de trigo leudante

3 tazas de azúcar

1 taza de leche líquida

400 gramos de margarina

6 huevos

Canela en polvo al gusto

Esencia de vainilla al gusto

Polvo de hornear (si no tiene harina leudante)

La preparación de esta torta es muy sencilla porque no es necesario utilizar la batidora, con un pisa puré manual es suficiente para integrar los ingredientes, ahora si queremos que nos quede sin grumitos y más compacta podemos utilizar una licuadora, porque la mezcla queda bastante líquida; por eso el resultado final será como una especie de flan durito.

Lo primero que hay que hacer es pelar la auyama y pesarla. Recomiendo comprar dos kilos de calabaza porque al quitarle la concha se reduce un poco el peso, lo ideal es que nos quede un kilo y medio de pulpa, el cual vamos a sancochar hasta que esté bien blandito.

Apagamos el fuego y sacamos sólo la auyama; el agua donde se hirvió no debería desecharse pues sirve para hacer sopas, cremas, arroz, entre otras preparaciones. Este líquido contiene muchos nutrientes, con guardarlo en el refrigerador o congelador es suficiente, y luego utilizarlo cuando lo vayamos a requerir. 

Igualmente, las semillas son también beneficiosas para la salud, las podemos tostar unos minutitos en el horno o en un sartén sin aceite y luego comerlas; por ello no debemos botarlas.

En un bowl grande la colocamos y aprovechamos que está hirviendo para pisarla con un tenedor o pisa puré, le vamos agregando la azúcar, luego la harina, el polvo de hornear y la leche. Derretimos la margarina para que se nos haga más fácil integrarla a la mezcla y la incorporamos, los huevos los vaciamos completos en la preparación y por último agregamos la cantidad que deseemos de canela y vainilla.

Si ha quedado muy grumosa se puede pasar rapidito un batidor manual eléctrico o sencillamente por la licuadora en varias porciones. Se engrasa un molde y se vacía la mezcla, que repito, les va a quedar bastante líquida.

El horno ya debe estar caliente a una temperatura media cuando se introduzca la preparación. Hornear unos 45 minutos más o menos, verificando siempre con algún cuchillito que salga limpio, al sucede esto ya está lista la torta.

Luego que esté reposada se puede guardar en el refrigerador, porque fría sabe mucho más sabrosa. Esta torta es una buena opción para la merienda de los niños de vez en cuando. De verdad es un manjar de dioses.