En casa se ha vuelto un ritual tener un rato de cosquillas nocturnas, que es el mayor tiempo que pasamos mamá, papá y bebé juntos durante los días de la semana. La verdad es que me encanta esta rutina, porque antes de ser madre no reía tanto como ahora y posiblemente cuando mi peque crezca lo suficiente, las cosquillas no serán tan frecuentes, pues sus intereses serán otros y por eso aprovechamos estos momentos que ahora reinan en casa.