miércoles, 18 de marzo de 2015

A modo de confesión


Tenía algún tiempo sin escribir, ya son dos meses, pero es que sinceramente ya no me provoca, además estoy súper ocupada, porque entre otras cosas, el tiempo no me alcanza. La vida en otro país, lejos de la familia, es agotadora; porque estamos mi esposo y yo solos con el peque, ningún punto de apoyo al que podamos recurrir, así que ya se imaginarán; me imagino que habrá muchas familias así también, incluyendo madres solteras.

Hoy vengo con un post un poco más tipo confesión. No pertenezco a grupo alguno de madres con whatsapp y tampoco asisto a algún grupo de madres con el cual pueda compartir mis experiencias y pasar un buen rato, ahora poco veo el Twitter y de vez en cuando el Facebook, donde tengo seleccionadas algunas páginas que hablan sobre maternidad, así que cuando estoy en la oficina, un poco más desahogada en horas de la tarde, me siento a revisar algunos blogs de mi interés. Aunque les confieso que últimamente mis intereses no tienen mucho que ver con temas maternales.

Mis lecturas recientes han abarcando temas un poco más personales, esos que tienen que ver con inflarle el ego a uno como mujer y como persona, y como alimentar las relaciones en pareja, porque aunque es cierto que desde que llegamos a este nuevo destino mi esposo, el peque y yo hemos tenido una vida bastante agitada, también es cierto que mi marido y yo nos hemos unido mucho, muchísimo más en todo sentido.

Jamás he sido una persona de esas que tiene un montón de amigos, así que aquí también he creado un grupo selecto, algunos ya nos conocíamos de hace muchos años, otros son amistades totalmente nuevas para mí, personas que me han abierto las puertas de su corazón y eso lo agradezco profundamente.

Casualmente, las personas que viven aquí y con los que conservo una amistad de años no tienen hijos, así que aunque me han mostrado apoyo incondicional, e incluso han cuidando al peque una o dos horas en tres oportunidades, no es lo mismo porque no saben lo que es llevar una vida de padres. He conocido en mi lugar de trabajo a dos madres recientes que tienen niños de la misma edad que mi niño y allí es cuando he podido desahogarme en cierto modo, compartiendo con ellas cosas que nos pasan en común, y la verdad que alivio me da.

Incluso, hace unas semanas el peque fue invitado de la escuela a una fiesta y acudimos, su madre es de mi país también y la verdad es que nos hemos unido a partir de allí, porque nos sentimos igual; solas y por eso buscamos apoyo mutuo.

Fíjense, que durante la última semana de diciembre tuve que llevar a mi hijo todos los días a la oficina y menos mal que fue bien recibido y no tuve quejas de él, se comportó excelente; a mi esposo le tocaba la primera semana de enero pero el último día no tuvo suerte y tuvimos que recurrir a última hora a una señora conocida para que nos hiciera el favor de cuidarlo, un estrés total, porque no me siento en la disposición de buscar a alguien, aunque venga con referencias, que cuide a mi hijo cuando esté de vacaciones, siento que es muy pequeño y aún no se expresa lo suficiente para decir si fue bien tratado o no, por suerte esta señora donde lo llevamos tiene dos niños y la chiquita es de la edad del mío, y me di cuenta que la pasó muy bien ese día porque ni siquiera quería irse a casa, incluso comió más de la cuenta.

La verdad es que no quiero pensar en el día que el peque pueda enfermarse, como les ha pasado a las mamás que trabajan conmigo, porque con quién lo dejo, no tengo abuelas o tías que puedan ayudarme y saben que a uno le dan algunos días de reposo pero y luego… no se recuperará totalmente si vuelve a la escuela y aún no está en disposición de ir… esto es lo que más temo y lo pienso mucho, pero a la vez trato de no ahondar en eso para no atraer nada malo. No quiero que llegue la temporada de lluvias, que acá es casi todo el año, porque eso significa resfriados… no quiero virus raros y tampoco varicelas, pero bueno, es parte del proceso de todo ser humano pasar por esto, sobre todo cuando eres niño y estás tan expuesto en las escuelas. Siempre es mejor tener estos brotes de niños que de adultos, eso sí es seguro.

Por otro lado, y para no sentirme tan sola quizás, me he refugiado muchísimo en la música, escuchando canciones de los ochenta y noventa, y descubriendo cantantes con letras maravillosas y ritmos embriagantes, esto ha sido de gran ayuda para mí. A su vez, he vuelto a mis andanzas de fan enamorada (jajajaja, tenía mucho tiempo que no andaba en esta onda), descubriendo cualidades nuevas o desconocidas para mí en este actor del que me enamoré platónicamente cuando tenía quince años y que dejé olvidado en algún momento de mi vida, es decir, lo tenía allí guardadito y veía sus pelis cuando salían en el cine, pero no le seguía tan directamente; ahora con tantas redes sociales (que él por cierto no tiene ni una) pero sus fans sí, pues me he unido a sus grupos y he descubierto un poco más de esta persona. Estos han sido mis refugios personales, de hecho, hace poquito mi esposo y yo fuimos al cine (teníamos nueve meses sin ir) a ver una peli de él precisamente, y la verdad nos encantó a los dos (la película, claro).

Por otro lado, hace poco comencé a leer un libro que me prestaron “El Buda en tu espejo”, reconectándome con el budismo (debo decirles que desde el 2008 sigo estos principios) y me siento súper bien, además converso mucho sobre este tema con un nuevo compañero de trabajo (fue él quien me prestó el libro). Creo que las cosas llegan cuando el momento lo requiere y el budismo ha vuelto para armonizarme aún más, así lo siento. Ahora, estoy pendiente de reconciliarme también con el yoga, porque desde que el peque nació lo dejé en una gaveta, así que es hora de volver a este camino.

Por su parte, el peque está dejando los pañales, tenemos como tres meses en este proceso y por fin ya casi no los necesita, jamás le obligamos a dejarlos, fue una decisión en familia, además, está muy emocionado de lucir su ropa interior, pero de vez en cuando pide pañal, realmente sólo lo utiliza de noche. Por cierto, quienes estén en este paso, aquí les dejo este post del blog Labrando un hogar que les puede ayudar. También, debo comentarles que el chiqui dejó definitivamente la teta, nuestra relación así duró dos años y dos meses, fue una decisión propia y yo la respeto; sólo se refugia en mi pecho en las tardes o en las mañanas para sentir mi calor y mi abrazo. 


Así vamos, poco a poco, creciendo como familia, superando obstáculos, forjando nuevas amistades y armonizando nuestra vida en este país que nos ha recibido de la mejor manera posible. 


10 comentarios:

  1. Amiga me siento muy feliz de leerte de nuevo (de vez en cuando venía a ver qué pasaba, estaba a punto de preguntarte). Entiendo por lo que estás pasando, pero sigue adelante buscando lo bueno a la vida que tienen ahora. Me alegra mucho que el peque deje los pañales (veras que con el segundo, tercero y cuarto es más fácil ja ja ja). Me dio "cosita" que dejara la teta (recuerdo cuanto te gusta amamantar) pero como dice es decisión del peque y ellos más que nadie son los que saben hasta cuándo. GRACIAS por compartir mi post, y por favor tomate el tiempo que necesites, pero no dejes de escribir aquí.
    Un beso grande
    Andreina.

    ResponderEliminar
  2. Mucho ánimo. Entiendo lo duro que debe ser la situación de tener la familia lejos y no tener a quien recurrir en ciertos momentos. Mira la parte buena, sin duda tu marido y tu tendréis una unión mucho más fuerte en estos momentos.

    Yo también practico yoga, retoma cuando puedas las clases porque son de gran ayuda tanto a nivel físico como energético y espiritual.

    Un abrazo y ánimo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es muy cierto lo que dices... de verdad estoy a punto de retomar el yoga porque de verdad me hace mucha falta. Gracias por tu mensaje y por pasar a visitarme. Abrazos!!!!

      Eliminar
  3. Mucho ánimo. Entiendo lo duro que debe ser la situación de tener la familia lejos y no tener a quien recurrir en ciertos momentos. Mira la parte buena, sin duda tu marido y tu tendréis una unión mucho más fuerte en estos momentos.

    Yo también practico yoga, retoma cuando puedas las clases porque son de gran ayuda tanto a nivel físico como energético y espiritual.

    Un abrazo y ánimo.

    ResponderEliminar
  4. ¡¡¡Ánimo!!! La soledad es una gran maestra, se aprende mucho del silencio, descubres herramientas internas que antes no sabías tener. Te mando un abrazo y comparto contigo que el exilio es una de las maneras más efectivas de saber quiénes somos, de avanzar y aprender más sobre los misterios de la vida. Abraza el nuevo país, no compares, no te resistas al cambio y encontrarás alegría en cada esquina.

    ¡Felicidades al Peque que ya deja el pañal!

    Un abrazo muy fuerte desde Budapest

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu consejo Bea, tienes toda la razón en lo que dices, pero jamás he decaído y mucho menos comparar o resistirme al cambio, sólo que como estamos muy solos acá pues se nos hace muy difícil muchas cosas, sobre todo con el peque. Abrazos!!!!

      Eliminar

Tu comentario es importante para mi... Gracias por escribirme!!!