Gatos y embarazo ¿Qué tanto sabes sobre el tema?

Mi pequeña Maya

Siempre viví en apartamento y jamás tuvimos mascotas, pero cuando me mudé con mi esposo a una casa propia hace unos pocos años, decidimos adoptar una gatita por las destrezas de cazador que definen a los felinos y para tener alguna compañía que tuviera algo de independencia.

Nos encariñamos tanto que se convirtió en nuestra primera hija, mimos para acá y para allá. En el transcurso del tiempo salí embarazada y de vez en cuando las personas nos metían en la cabeza que teníamos que salir de la gata porque me podía contagiar de toxoplasmosis; nosotros siempre nos negamos a dejar a Maya huérfana o donarla a alguien extraño.

Tuvimos la suerte de contar con un obstetra que tiene unos cuantos felinos en su casa y una de las primeras cosas que hizo fue preguntarnos si teníamos mascota, le dijimos que una gatita. Recuerdo que seguidamente nos interrogó ¿Qué cuentos les han dicho sobre los gatos y el embarazo? Nosotros ni cortos ni perezosos le contestamos que la mayoría nos decía que esa combinación era peligrosísima. Y luego el médico nos dio algunos consejos e indicaciones a seguir, así que nos fuimos mucho más aliviados y seguros, porque confiábamos en su conocimiento y experiencia.

Maya tranquilamente anduvo como toda una princesa, sin restricción ninguna. Mi actitud hacia ella nunca cambió, recuerdo que en las noches llegaba al filo de la cama, me saludaba y se montaba justo en la barriga, acariciándola un poco y durmiendo encima de ella de vez en cuando. 

Sentí que se unió más a mi en un sentido de protección y también puedo recordar que cuando se subía a mi regazo podía sentir el olor de la leche materna, aún cuando no brotara nada de mis pezones.  Incluso, llegó un momento en el cual no se me despegaba de mi estando en casa.

¿Cómo iba yo a salir de un animalito tan inocente y dejarlo sin hogar? ¿Cómo dejarle sin cariño cuando ella me brindó tantos mimos? Realmente me consintió mucho. Además, existe una teoría que señala que el ronroneo de los felinos tiene verdaderos efectos terapéuticos; por lo cual estos animales domésticos se han empleado en materia de salud y desarrollo emocional de niños y personas de la tercera edad. Yo no lo pongo en duda, creo que para mi fue muy beneficioso tener a Maya a mi lado durante mi embarazo.

Estudios revelan que el ronroneo de los gatos no sólo tranquiliza y ahuyenta los pensamientos depresivos, sino que también cura trastornos de sueño y regulariza la actividad metabólica. Los especialistas señalan que el ronroneo tiene cualidades reparadoras; los gatos no sólo vibran de gozo o para arrullarse, también lo hacen para aliviar situaciones de estrés intenso. 

Cuando escribo esto me viene a la mente todos los momentos que Maya estuvo encima de mi barriguita ronroneando de felicidad, a mi me encantaba y me sigue gustando; pero también pienso que todo esto que yo sentía, mi bebé igual lo estaba disfrutando, porque ella estaba a la altura de donde él se encontraba.

¿Qué tips seguí a lo largo de mis nueve meses para mantener alejada la toxoplasmosis de mi cuerpo? Aquí van:

* Mi esposo se encargó de recoger de la caja de arena todos los desperdicios fecales de Maya diariamente, además de limpiarle constantemente su espacio. Si tienes alguien que haga esta tarea en tu lugar, mucho mejor; pero sino debes utilizar guantes y luego lavarte muy bien las manos. 

* Mi gata nunca ha estado fuera de casa, por lo que las posibilidades de que ella tenga toxoplasmosis son casi nulas, debido a que ellos se contagian por contacto con otros felinos de la calle, ratones o pájaros.

* Maya siempre ha sido alimentada con gatarina o alimento especial para gatos, jamás le hemos dado comida cruda o que pueda afectar su organismo. 

* Siempre manteníamos a Mayita alejada de la cocina, porque como es bien sabido, los felinos son trepadores y se montan en cualquier superficie.

* Mucha gente culpabiliza a los pobres gatos de esta infección, pero la mayoría no sabe que comiendo carne semicruda o a medio cocinar hay probabilidades de contraer la toxoplasmosis. Yo nunca tuve este problema porque soy vegetariana.

* Lavaba muy bien la fruta, verdura y hojas frescas, en  muchos casos la pelaba. Se pueden lavar con un poco de vinagre y unas gotas de limón.

* Mantenía mis manos limpias constantemente, para ello las lavaba frecuentemente; incluso después de tocar a Maya.

* Lavar con agua hirviendo utensilios de picar y cocinar comida, incluso las tablas de cortar, antes y después de usar.

* Lo mejor es beber agua potable

* Si el espacio donde vivimos se mantiene limpio y aseado no hay riesgo alguno de que la infección se expanda.

Como ves es muy fácil seguir estas indicaciones al pie de la letra, no es necesario abandonar a un animalito que nos ha acompañado tanto; por referencia conocí casos de familias que durante el embarazo o al tener al bebé sacaron de casa a la monada, siendo gato o perro, por presión familiar o porque sencillamente les “estorbaba”; siempre hay lugar para ellos. Además, es recomendable que los niños se relacionen con algún tipo de mascota, siempre y cuando sea bajo la supervisión de sus padres mientras están pequeños, ¿no crees lo mismo?