Con patuques también se aprende

¿A qué bebé no le gusta embarrarse explorando algo? ¿Acaso usted no se ha dado cuenta que cuando un niño está escondidito en un rincón y en total silencio es porque la mayoría de las veces está examinando algo que los adultos le prohíben tocar? y cuando nos damos cuenta, ya el desastre está hecho.  

Los niños, en sus primeras etapas, aprenden a través del juego, así que me dispuse a hacer un espacio de patuque para que él jugara libremente. El patuque es una palabra venezolana que recoge las acciones de mezclar, regar, ensuciar y embadurnarse a la vez; así que se podrán imaginar.

Esta técnica, que en otros lugares del mundo tendrá otra denominación, es ampliamente conocida en la mayoría de los Baby Gym y centros de educación inicial a nivel global y surge con el claro propósito de ofrecerle a los niños una herramienta para activar los cinco sentidos.

A través de este método, que se realiza básicamente con materia comestible, los niños van relacionando acciones comunes; por ello esta actividad se hace con comida; sobre todo con la que el niño tiene más alcance a la hora de alimentarse. De esta manera, le ayudamos a identificar olores, sabores, colores y texturas, contribuyendo con la formación de su base de datos sensoriales que apenas se está desarrollando y llenando.

Lo anterior me ha permitido entender que mi hijo es una escuela para mi y viceversa, entre los dos vamos aprendiendo día a día cosas nuevas y el patuque es una de ellas. En cuanto a alimentos no hay limitaciones. Yo utilicé para este primer patuque (porque vendrán muchos más con diferentes opciones) pasta y arroz cocidos a temperatura ambiente (ni fríos ni calientes).

Luego corté una bolsa plástica grande por la mitad y forré el piso con ella, pero también se pueden utilizar cartones, papel o sábanas viejas. Es necesario que el niño esté ligero de ropa para que se sienta cómodo y el experimento se de satisfactoriamente. Coloqué los envases de arroz y pasta en el medio y esperé ver la reacción de mi pequeño.

Al inicio no quería entrar dentro del recuadro porque era algo desconocido para él, pero le ayudé a que agarrara confianza y experimentó por voluntad propia primero con el arroz. Cuando se dio cuenta que nadie le decía nada y podía hacerlo con total libertad se alegró un montón, allí fue cuando me dije que el NO tiene grandes efectos y que está presente en el subconsciente del niño en todo momento.

No sólo fue vaciando el envase de a puñitos sino que después quiso regarlo todo, ver como iban cayendo. Igualmente, otra de sus reacciones fue jugar con el envase agitándolo contra el piso, haciendo ruido.

Algunas maneras de exploración que pude notar fueron chupar, apretar, agitar, vaciar, aplastar, mezclar, saborear; todas muy importantes para su desarrollo psicomotor y neurosensorial.

Personalmente, he aprendido a comer algunas cosas después de grande, una de ellas ha sido el mango, el cual tengo que cortar y picar para poder comerlo porque no me gusta ensuciarme, a mi hermano no le gusta; el porqué de todo esto es porque mi mamá reconoce que nunca dejaba que nos ensuciáramos con la comida, que la tocáramos de bebés y por eso nunca nos daba mango, entre algunas otras cosas que ahora no recuerdo. 

Por ello, hoy más que nunca este tipo de actividad que implica ensuciarse es vital para el futuro comportamiento de los niños en la sociedad.