De la teta al vasito

Siempre les he contado que desde que nació mi Copi pude amamantarlo a libre demanda hasta hoy día, que con sus 18 meses cumplidos, continuamos ese nexo profundo que no sólo le brinda alimento.   

Mi  baja por maternidad culminó cuando él cumplió los seis meses de edad y de allí en adelante, tenía tres horas de permiso de lactancia hasta que el cumplió el año. Yo me llevaba al trabajo el sacaleches y lograba completar todo el tetero que trae el aparato consigo e incluso llenaba otro frasquito de seis onzas más.

Mamá me lo cuidaba y yo le daba la leche que podía almacenar para no ofrecerle fórmula, eso sí, a partir de los seis meses comenzó a usar el biberón porque allí es donde mi mamá le daba mi leche, no quiso ofrecérsela en vasito o cucharilla, tal como yo había aprendido en mi curso de asesoría de lactancia, y bueno, yo respeté su decisión, mucho hacía con cuidármelo de la mejor manera, como toda abuelita hace. 

Aproximadamente cuando cumplió los ocho meses, yo ya le daba alimentación complementaria y estando en casa o en la calle, nunca tuve el tetero a la mano y siempre cargaba unos pitillos, porque fue lo único práctico que al inicio encontré, la verdad es que le fue fácil desde el inicio beber los líquidos de esa manera.

Un día vi en un catálogo de productos la solución, vi unos vasitos con pajilla incorporada, súper livianos y resistentes y me han ido muy bien con estos aliados que el mismo puede tomar entre sus manos porque además son pequeños. Rápidamente, los teteros fueron reemplazados por estos vasitos en casa de mi mamá y adiós biberones, además, entró al maternal al año de edad con su vasito debajo del brazo, como quién dice.

Los pocos biberones que compramos y nos regalaron antes de nacer el niño los utilizamos muy poco, aproximadamente dos meses nada más en casa de mi mamá únicamente, he sabido de muchos nenes que les cuesta dejar el tetero, aún teniendo el vaso entrenador, sólo es cuestión de paciencia y de ir experimentando.

Ahora, estamos enseñándole a tomar agua con el vaso normal, común y corriente porque el mismo lo pide debido a que nos ve bebiendo de él y quiere hacerlo también, por supuesto que todavía derrama líquido, pero todo es paso a paso, cada quién tiene su ritmo y no vamos a apresurarlo. Esta es mi anécdota y me gustaría saber como te ha ido a ti mamá o papá con esta experiencia o alguna similar. Saludos.